donde vives/ en busca de la felicidad
No puedo con la injusticia, me hace infelizIrracional: No soportar la injusticia es como decir no soporto el cielo, cuando lo tienes todo el día encima de ti. Todos entendemos teóricamente que en el mundo hay injusticias, pero cuando te toca una suegra, un marido o un jefe injusto piensas irracionalmente "como mi padre es injusto, me tengo que amargar la vida". La irracionalidad está en justificar mi sufrimiento por la injusticia del otro. Así no levantarás cabeza y serás como una hoja movida por el viento, siendo lo más vulnerable del mundo.Racional: Las injusticias no me hunden Para ahuyentar este pensamiento tenemos que asumir que a lo largo de la vida nos vamos a encontrar con gente injusta. “Voy a intentar pensar a partir de ahora que si el otro es injusto es su problema y tendrá que resolverlo él, aunque yo pueda ayudar a ver las cosas o a que se solucionen. Yo se lo puedo decir para ayudarle, pero nada más. No puedo arruinarme la vida. Al final justificamos nuestra amargura por ellos y, una vez más,estamos queriendo cambiar algo que está fuera de nuestro control.Pensar que las cosas y las personas tienen que ser como a mí me gustaría. Podría definirse como el síndrome del niño mimado, en el que cualquier inconveniente, problema o fallo que aparezca en el camino me hará pensar “¿por qué me pasa a mí?”, lo que provoca irritación y estrés. Pensamos entonces que "La miseria humana está causada por factores externos. En consecuencia pensaremos que para lograr la felicidad o evitar la tristeza habrá que controlar los acontecimientos externos" algo muy dificil, por no decir imposible. Dado que ese control es limitado, el resultado es la insatisfacción. Atribuir la falta de felicidad a los acontecimientos es una forma de evitar enfrentarse a la realidad. Las propias interpretaciones de los hechos son las que causan la infelicidad.
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foto: anibal alvarado